Matar al hijo

Desde un tiempo ya lejano cuando la guerra entre moros y cristianos era el pan de cada día, nos sorprende la presencia de Guzmán, Don Alonso Pérez Guzmán, un hombre que iba sobrado de apellidos al cual la graciosa providencia bautizó como “El Bueno”. En realidad la graciosa providencia personificada en el rey Alfonso X “El Sabio”, que iba sobrado de apodo y buscaba algún apelativo para tan noble caballero, que facilitó el asesinato de su hijo antes que ver mancillada su virtud…

A primera vista más que bueno nos parece buenazo y hasta buenudo con tanta mierda de paloma decorándole, pero el muy patriota allá por el año 1294 cuando ejercía la gobernación de Tarifa, hizo frente a las tropas de Abu Yacub acuartelándose tras los muros de la ciudad haciéndola inexpugnable. Los enemigos, que estaban en posesión del hijo de Guzmán, mandaron a decirle que si no entregaba la ciudad degollarían al niño en sus propias narices y la respuesta no se hizo esperar:

“No es suficiente para obligarme a que mancille mi virtud: si os falta cuchillo para ejecutar vuestra saña, allá va el mío” y lanzoles su daga desde lo alto del muro a los pérfidos sitiadores.

Dicho y hecho, cogieron el cuchillo y degollaron al menor, pero por tan heroica acción en defensa de las posesiones del reino fue que “El Sabio” bautizo a Don Alonso Pérez Guzmán como “El Bueno”.

En realidad sorprende poco lo de Don Guzmán ya que el desapego hacia la propia descendencia viene desde tiempos bíblicos, cuando Dios le pide a Abraham que mate a su único hijo Isaac y se lo ofrezca como sacrificio. También la psicología enmarca ciertos filicidios en personas que sufren el “Síndrome de Medea”, que es cuando el progenitor mata a su hijo para herir a su pareja. En todos los casos el error es pensar a los hijos como una posesión. Es MI hijo y lo ofrezco en sacrificio, es MI hijo y decido por su vida…

“Sí, soy hijo tuyo” pensó el vástago de “El Bueno” antes de morir degollado “pero tú, padre, eres un hijo de puta”.

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Guzmán “El Bueno”

Síndrome de Medea